El futuro ya no es lo que era. El tiempo distópico y sus consecuencias existenciales y políticas.

Por: Christian Retamal

Parece distante el día en que la comprensión del tiempo estaba impregnada de la esperanza en el futuro y su capacidad transformadora. Ello era posible gracias al utopismo que funcionaba como sistema reflexivo de la modernidad y modelaba nuestras concepciones del tiempo basándose en la idea de progreso. El utopismo generó diversos futuros posibles que se articularon como visiones de mundo y proyectos enfrentados, formando los derroteros por los cuales la modernidad fluyó por el planeta. En efecto, tanto la modernidad liberal como los diversos proyectos socialistas entre otros, son fruto de este sistema reflexivo que además de producir un esquema teleológico, crea una abundancia de sentido existencial inyectada en la estructura del tiempo, de modo que la existencia personal quedaba coherentemente entrelazada con un relato trascendente. De allí que -como indicara
Ernst Bloch (1977)- se produzca una subjetividad militante caracterizada por la aspiración al futuro, en desmedro del presente y un radical rechazo del pasado, como lo muestra, por ejemplo, la obra de Karl Mannheim (1993).
Sin embargo, la crisis del socialismo real implicó un efecto dominó que abarcó a la socialdemocracia, a los diversos relatos utópicos de izquierda herederos del marxismo y, en general, al imaginario de transformación social de la modernidad. Por ello queremos analizar esta nueva temporalidad desprovista de relatos utópicos intensivos y cómo, por el contrario, nos vemos abocados a los desafíos existenciales y políticos de un tiempo distópico.

 

Descarga el artículo aquí

Departamento de Historia

Universidad de Santiago de Chile

Sitio web desarrollado por LR&PF

Scroll to Top