Entre 1910 y 1948, el folclor comenzó a ocupar un lugar central en las políticas culturales del Estado chileno. Este libro reconstruye ese proceso, centrándose en los planes, programas y actividades impulsadas por diversas instituciones públicas para integrar las expresiones culturales populares dentro de un proyecto de identidad nacional. Sin embargo, los contenidos promovidos como folclóricos y las caracterizaciones sobre el origen del folclor chileno, sus raíces históricas y las ideas de autenticidad fueron siempre objeto de discusión.