Sr. Dr. Andrés Couve Correa
Ministro
Ministerio de Ciencias, Tecnología, Conocimiento e Innovación
Sra. Dra. Carolina Torrealba
Subsecretaria de Ciencia
Ministerio de Ciencias, Tecnología, Conocimiento e Innovación
Sra. Aisen Etcheverry
Directora Nacional
Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo
Sra. Alejandra Vidales Carmona
Subdirectora de Proyectos de Investigación
Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo
Como Grupo de Evaluación de Historia FONDECYT queremos darles a conocer nuestra posición respecto a dos temas que preocupan a la comunidad científica en relación al financiamiento de nuestras investigaciones. El primero de ellos es la nueva categoría de proyectos que figura en las bases de FONDECYT Regular 2022 “aprobado sin financiamiento”. El segundo es la reducción de los honorarios de los Investigadores Responsables y los de los Coinvestigadores que, sabemos, es una primera fase que apunta a eliminarlos. Estas medidas profundizan la precarización que sufren los y las investigadores y debilitan aún más nuestro ya endeble sistema de investigación científica.
FONDECYT es el principal instrumento público de financiamiento para realizar investigación científica en Chile. A lo largo de varias décadas, ha permitido el desarrollo de proyectos muy relevantes en todas las áreas del conocimiento. Dos elementos distinguen a FONDECYT en el marco de la actividad científica internacional: primero, los proyectos son evaluados por la propia comunidad de pares, siguiendo los estándares más altos en cada área de conocimiento específico. Segundo, la lógica de concurso obliga a destinar tiempo y recursos periódicamente para formular proyectos, evaluarlos y no necesariamente implementarlos, con el consiguiente desgaste de equipos de investigación, investigadores/as en formación y tesistas de pre y postgrado.
La nueva categoría “aprobado sin financiamiento”, lejos de solucionar aquello que se supone la ha motivado (muchos proyectos de excelencia no se adjudican porque no son financiados), agrava el problema, por las razones que exponemos a continuación. La nueva categoría se justifica en apoyar que los investigadores así evaluados puedan recurrir a solicitar fondos a entidades privadas para financiar el proyecto con el aval ANID. Nos parece que es el Estado por medio de la ANID el que tiene la tarea de ampliar el financiamiento a los proyectos FONDECYT calificados como Muy Buenos y que, en caso de necesidad, debería recurrir a fuentes privadas para aumentar los fondos que permitan financiarlos. Esta problemática se agrava en el caso de los proyectos de Historia aprobados (y de las humanidades en general) porque el mundo privado no financia proyectos de nuestra área durante 3 o 4 años. La nueva categoría “aprobado sin financiamiento” genera nuevas desigualdades al dividir a los investigadores entre los capaces de lograr ser financiados y los que no. En vez de ser un respaldo para conseguir financiamiento privado, pone un manto de duda sobre la calidad del proyecto más aún al no conocerse las razones por las que no fue adjudicado.
Respecto al segundo punto, se argumenta que la reducción de los honorarios permite financiar más proyectos y que esta rebaja se justifica en que los investigadores ya recibimos en nuestras universidades un sueldo por investigar por lo que se duplican los honorarios por la misma tarea. Sin duda no se ha tenido en cuenta que hay diferencias sustanciales de sueldos entre las universidades, las disciplinas, las categorías académicas, la adscripción contractual a plantas. Muchos investigadores reciben patrocinio sin estar contratados por las universidades sino solamente por dar clases con boletas de honorarios durante los períodos lectivos. Los honorarios que estos investigadores/as reciben de FONDECYT les permite renunciar a la docencia part-time y dedicarse plenamente a la investigación. Esta reducción y eventual desaparición de honorarios se traducirá en una disminución de nuestra capacidad de investigación, perjudicará al concurso FONDECYT y lo hará menos atractivo. Si el objetivo es acrecentar los recursos disponibles para financiar la investigación en nuestro país, ello debe hacerse aumentando el presupuesto nacional que se destina a ese propósito -aspecto en el que estamos muy por debajo de la OCDE pues ni siquiera alcanzamos al 1% del PIB- y no afectando la actual estructura ya consolidada de financiamiento.
Las dos medidas que afectan al concurso más competitivo a nivel nacional, se tomaron sin consultarnos a nosotros, los que investigamos. Ambas nos parecen un error que debe ser revertido eliminándolas y aumentando los fondos de financiamiento porque, finalmente, dejan al descubierto la falta de una política de investigación real, efectiva y ajustada a las diversas formas de producción del conocimiento científico.
Por ello solicitamos encarecidamente dejar sin efecto las decisiones en cuestionamiento y convocar a un debate amplio sobre la materia entre los grupos de investigación de FONDECYT. De lo contrario, y todavía más en el actual contexto de incertidumbre, este tipo de iniciativas tiene y tendrá un impacto negativo en la comunidad científica y muy particularmente en el área de las Humanidades y Ciencias Sociales, pues van en una dirección totalmente opuesta a colocar el conocimiento como centro del desarrollo.
Saludan a Uds. atentamente
Lucrecia Enríquez
Directora Grupo de Evaluación de Historia, FONDECYT
Pontificia Universidad Católica de Chile
Germán Alburquerque
Universidad de Valparaíso
Solène Bergot
Universidad Andrés Bello
Tomás Cornejo Cancino
Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación
María José Correa Gómez
Universidad Andrés Bello
Paola Corti
Universidad Adolfo Ibáñez
Marcos Fernández Labbé
Universidad Alberto Hurtado
Mauricio Folchi Donoso
Universidad de Chile
Macarena Ibarra Alonso
Pontificia Universidad Católica de Chile
Claudio Llanos
Pontificia Universidad Católica de Valparaíso
Marcela Tapia Ladino
Universidad Arturo Prat
Fernando Venegas Espinoza
Universidad de Concepción
Hernán Venegas Valdebenito
Universidad de Santiago de Chile