El artículo analiza las acciones emprendidas por el Real Consulado de La Habana, institución clave para el despegue de la Cuba plantacionista, entre fines del siglo XVIII e inicios del XIX, en particular contra los indios nómadas y sus aliados, los esclavos negros y mestizos, quienes desarrollaron un vigoroso proceso de rebeldías en momentos en que ocurrían profundas transformaciones estructurales, poniendo en peligro la estabilidad de la colonia, situación agravada por la Revolución haitiana y las rebeldías esclavas en Jamaica.