El modelo historiográfico oficial en Chile entre 1980 y 2010 obedeció casi del todo al paradigma ‘civilización / barbarie’ de Occidente. Este canon estuvo inspirado en pensadores anglosajones como Paul Johnson, Samuel Huntington y Eric Hobsbawm, quienes visitaron Chile en aquellos años. El binomio ‘civilización / barbarie’ republicano se inicia con la influencia capital e inconmovible de Andrés Bello, quien determinó los modos de ‘escribir’ la historia, junto a otros pensadores europeos del siglo xix. Desde allí no se ha dejado de comprender el tiempo colectivo como un ‘nomos’ lineal de orden público. En estas condiciones, pensar la historia es una forma particular de hacer política: civilizar a los bárbaros.