“La violencia en su repetición se agota, como cualquier ciclo político”

“En la arena intelectual y en el área cultural es donde está hoy el debate interesante”

“En la arena intelectual y en el área cultural es donde está hoy el debate interesante”, dice el historiador. Por José Pedro de la Carrera

“Cuando se acabe el tiempo de las devoluciones de tierra —como lo han venido planteando las autoridades— se generará un gran debate, porque para el mundo mapuche nunca habrá un cierre en el asunto de tierras. Eso está en la agenda número uno del movimiento, y no de este movimiento, sino que del que viene desde 1910”.

Fernando Pairicán —candidato a doctor en Historia de la U. de Santiago— es un mapuche urbano. Estudió en escuela pública en Santiago y se acostumbró a conversar con su padre, maestro de profesión, sobre historia, mientras buscaban pasajeros para el taxi que daba sustento a la familia. Tiene 33 años y a su haber cuenta con el libro «Malón», un completo análisis del conflicto mapuche desde los años 90 hasta el 2010. En enero pasado agregó un segundo texto: una biografía de Matías Catrileo, el estudiante de Agronomía de la U. de la Frontera que el 3 de enero de 2008, y con 23 años, fue asesinado por el cabo segundo de Carabineros Walter Ramírez, mientras participaba en una recuperación de tierras en el Fundo Santa Margarita, en Vilcún.

Con esa mirada larga de historiador que observa los conflictos sociales, Pairicán es escéptico del anuncio que hizo en abril pasado el ministro de Desarrollo Social, Alfredo Moreno, sobre realizar un catastro definitivo de tierras, como parte del Plan Araucanía que impulsa el gobierno de Sebastián Piñera.

—Además de un gran debate, ¿qué pasará si se termina con la devolución de tierras?

—Si haces eso, cierras algo sin una negociación y das por hecho un fin cuando sabes que no es tal. Generas problemas para el futuro, porque no habrá un acuerdo en esa materia. Lo que pasará es que seguirán existiendo siempre nuestras recuperaciones y movilizaciones, porque para que termines con el tema de la tierra, como ocurrió con los maoríes en Nueva Zelandia, tiene que haber un acuerdo.

Y remata respecto del actuar del Ejecutivo: “En el tema indígena hay una continuidad por parte de los gobiernos, ambos sectores políticos de Chile hablan desde una perspectiva de Estado criollo. El gobierno de Piñera siempre hará un énfasis mucho más tecnócrata o económico: generar mayor emprendimiento y miniempresarios, que es lo que venía haciendo. Y, como se ve con el caso Luchsinger, se forzará la aplicación de la Ley Antiterrorista para dejar tranquilo al público”.

—El gobierno pasado tenía a cargo de este tema al ministro Barraza del Partido Comunista y en esta administración está el ministro Moreno, del mundo empresarial. ¿Hay diferencias?

—Durante el tiempo de Barraza se intentó realizar un trabajo más bien abocado a los derechos y cumplir el 169 de la OIT. El actual gobierno se ha presentado desde una arena más bien económica, de emprendimiento antes que derecho. Ello ha sido analizado desde las ciencias sociales como multicultural, el acto en que consulto y hago políticas publicas; pero no transforma la realidad social, los niveles de pobreza de los pueblos originarios en perspectiva del “no indígena”.“Mayores grados de combustión”

—En tu libro «Malón» muestras que la violencia no rindió frutos para el movimiento mapuche. Ahora haces un libro sobre Catrileo. ¿Por qué destacar figuras que apuntan a ese camino?

—La violencia como instrumento político sí movilizó y transformó la estructura de poder y dominación suscrita hasta 1997, en un contexto de movimiento indígena latinoamericano, donde está el katarismo en Bolivia y el zapatismo en México. Por lo demás, los hitos de Latinoamérica lo constituyen hechos de violencia política, para bien o para mal.Luego, agrega:

—Hay ciclos de la demanda indígena que se que han agotado. No porque la violencia no tenga un papel fundamental en la historia, como dice Hannah Arendt, sino porque se han abierto nuevo canales o espacios políticos dentro de la institucionalidad. Hay espacio para avanzar en los derechos colectivos. Lo que he criticado es que la violencia en su repetición se agota, como cualquier ciclo político, y ahí le ha faltado creatividad al movimiento mapuche para aprovechar esos espacios que el mismo movimiento ha abierto. Al movimiento mapuche le han faltado mayores grados de combustión para poder crear una nueva etapa. Pero no comparto que no haya servido la violencia: si no fuese por la movilización del Consejo de Todas las Tierras y de la Coordinadora Arauco Malleco (CAM), no estaríamos conversando sobre el tema mapuche.

—¿Cómo debe ser esa nueva etapa?

—Se da particularmente en la arena intelectual y cultural: ahí está hoy el debate interesante. Hay 10 libros al año del tema indígena escritos por indígenas. Lo que se está construyendo como sociedad intelectual indígena está fomentando el empoderamiento indígena. Estás pasando desde el mundo mapuche rural y del activismo, con dirigentes políticos que siguen planteando lo mismo, a una etapa con intelectuales con un discurso en torno a los derechos de los indígenas.

—¿Qué autores destacaría?

—En poesía, Jaime Huenún viene realizando un trabajo que sobrepasa su ser mapuche para, desde ese mundo, convertirse en universal. Esa fue la sensación que me dejó su libro «La calle mandelstam». En esa misma línea, considero que la apertura desde la xampurriedad que vienen realizando Roxana Miranda con «Shumpall» y Javier Milanca con «Xampurria» plantea una perspectiva identitaria no cerrada, abierta para las otras variables que conforman el ser mapuche, como lo no-indígena, lo mestizo. Destaco a Daniela Millaleo, cantautora feminista mapuche que se ha posicionado con letras críticas y de corte de género. Y Antonio Catrileo prepara un libro sobre la lucha de las diversidades de género al interior del país mapuche, debate que no ha tenido espacios suficiente en la comunidad mapuche. En ese ámbito, Daniela Catrileo, junto al colectivo Rangiñtulewfü, irrumpe desde la mapurbidad con los elementos políticos del feminismo mapuche.

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