Estudiante de magíster resulta seleccionada para el premio de tesis del Museo de la Memoria 2021
En el marco de la instancia de la décima versión del “Concurso de Tesis” desarrollado por el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos, la estudiante del magíster en Historia, Consuelo Cáceres, con su tesis “Movimiento de pobladoras en Santiago: acción colectiva y construcción de subjetividades políticas de las mujeres populares en lucha contra la dictadura (1973-1989)” resultó como una de las seleccionadas para hacer uso del material documental disponible en el Museo. Esta iniciativa está destinada a promover la utilización del patrimonio material e inmaterial del Museo como fuente para la investigación sobre Derechos Humanos y Memoria.
Para esta versión, la comisión encargada de seleccionar a las y los ganadores, decidió otorgar este reconocimiento a un estudiante de doctorado, cuatro de magíster y cinco de pregrado, bajo los criterios de la calidad general de la propuesta, la originalidad temática y el uso de las fuentes del Museo.
Sabemos que tus temas de investigación se encuentran vinculados al movimiento de pobladores/as y el feminismo popular ¿Cuáles son tus motivaciones, desde el punto de vista historiográfico, para abordar estos procesos históricos?
Bueno, mis motivaciones son retomar una discusión que se desarrolló desde la década de 1980, principalmente en el campo de la sociología, y recalco lo de retomar porque este no es un tema nuevo ni que haya instalado el movimiento feminista, sino que se ha trabajado con anterioridad y corresponde dar crédito a las mujeres que antes abordaron estos tópicos. Además, desde el punto de vista historiográfico, me interesa revisitar este tema para entender todo este ciclo de movilización, que veo desde una larga duración, desde la perspectiva de las mujeres y en particular de las mujeres populares, problematizando en torno a la luz de los nuevos desafíos que impone el período actual, hacernos preguntas desde el hoy y, sobre todo, intentar entender una suerte de herencia política de parte de las mujeres populares con su propia descendencia. Por ejemplo, hay mujeres vinculadas a su tercera generación, es decir sus nietas, las cuales hoy en día son activistas, trabajan mucho desde el feminismo popular, desde sus propias poblaciones o lugares donde viven y toman mucho como referencia a sus propias abuelas. Me interesa mucho ver cómo trabajan esas memorias de lucha que se dan entre ellas y qué es parte de lo que impusieron en la agenda política en ese momento hasta el día hoy. Considero que son temas pendientes y no resueltos, ni siquiera dentro de los propios feminismos. Por último, también considero relevante entender las tensiones respecto a los distintos feminismos, cruzados por un eje importante como lo es el género y la clase, donde me interesa tomar esta discusión con una perspectiva histórica, como un fenómeno de largo plazo, para comprender la acción colectiva de estas mujeres y su legado político.
¿De qué manera pretendes utilizar o estás utilizando el material disponible en el Museo para tu tesis?
El Museo de la Memoria tiene un centro documental que es bastante amplio y que la mayor parte se concentra en un archivo audiovisual de testimonios de ex militantes y prisioneros políticos y, otra parte, que es importante también, que concentra un sinfín de boletines y afiches que se generaron especialmente en las década de 1980, en el momento de las protestas nacionales. En este contexto, encontré boletines del MOMUPO, Movimiento de Mujeres Pobladoras, el cual se ubica en la zona norte de Santiago y que se nucleaba mayoritariamente en las comunas de Renca y Conchalí, así como también hay otros boletines y testimonios que me interesaron para consultar, puesto que corresponden a mujeres militantes y que permiten indagar en las diferentes percepciones y valoraciones respecto a las mujeres pobladoras, las cuales incluyen miradas denostativas al no considerarlas sujetas políticas, así como también se encuentran ahí visiones más matizadas, que sí relevan sus discusiones y temas que logran instalar las mujeres populares. Esas son las principales motivaciones para acudir y utilizar este archivo.
¿Qué rol político consideras que jugaron las mujeres pobladoras durante el período de la dictadura y por qué es importante rescatar estas experiencias?
Bueno, en primer lugar, es por el importante papel que jugaron en la lucha contra la dictadura, donde pudieron regenerar organizaciones que se encontraban inactivas después de la aniquilación que se desarrolló contra las cúpulas directivas de los partidos políticos de izquierda y los contenidos políticos de las clases populares. En este caso, me parece que las mujeres fueron las primeras que impulsaron la necesidad de rearticular la organización política, si bien los primeros objetivos eran netamente de supervivencia, es decir, levantar la olla para alimentarse, con el tiempo el objetivo de la subsistencia dio paso a otro tipo de organización, principalmente nacida desde las conversaciones y experiencias de compartir con otras mujeres en el cotidiano, en el trabajar, el levantar una olla o hacer un taller laboral, son experiencias referidas a ser mujer en un contexto dictatorial y patriarcal.
En esa línea, donde lo primordial era acabar con la dictadura, las mujeres logran posicionar un debate fundamental referido a las diferencias entre hombres y mujeres en el acceso a la política. Sin embargo, lo que a mí me interesa, es lo que logran instalar las mujeres populares en la agenda pública y que tiene que ver con los roles de género, con las imposiciones de la reproducción de la vida, quienes se encargan de las labores domésticas y cómo se les va la vida en eso también, recalcando las faltas de acceso a la cultura y que no tienen las mujeres de clases más acomodadas, así como también las faltas de acceso a la política. De esta forma, a medida que van politizando sus problemas cotidianos, también se dan cuenta de que, junto con todas las dificultades que significa para ellas poder reproducir contantemente la vida en términos materiales, también identifican sus anhelos y deseos de formar parte del mundo de lo político y tener la misma capacidad de debatir sus propias posturas y necesidades.
Me parece que hoy día hay mucho que relevar de eso, puesto que, en el movimiento feminista, con toda su heterogeneidad, muchas veces nos olvidamos que fuera de los círculos académicos o donde hay mucho discurso crítico, la realidad no es así y es importante entender eso porque para algunas mujeres la reivindicación por el pago al trabajo doméstico es fundamental y es parte de las luchas fundamentales que tienen. Muchas veces, para otras mujeres, esta demanda la consideran anacrónica, en comparación a la importancia que tiene posicionar cómo se entiende el género u otros temas, pero para ciertas mujeres que tienen experiencias de vida vinculadas a la precariedad en todas sus formas, sí es importante ese debate. Entonces, en una panorámica, por ejemplo, de este momento constituyente, la voz de las mujeres populares organizadas es muy importante, pues demarcan un lugar de enunciación experiencial, de un margen que no todo el mundo habita, y desde esa perspectiva el mundo se ve distinto, y desde ahí se puede aportar a esta reconstrucción refundacional. Sin la voz de las mujeres hay una carencia fundamental ahí y que tiene que ver con la reproducción de la vida en todos sus ámbitos. El capital no podría reproducirse sin la fuerza laboral de las mujeres proletarias y las mujeres que ejercen trabajo doméstico no asalariado, lo cual es fundamental de incorporar.
¿Cómo se conectan sus temas de investigación, con la Memoria o los Derechos Humanos y por qué es importante esta perspectiva para el desarrollo de tu investigación?
Al principio consideraba que mis temas se encontraban más lejos de los trabajos de memoria, pero con el tiempo me he ido autoformando en este campo. La memoria es un campo político y muchas memorias se encuentran tensionadas, las memorias institucionales más relacionadas con el Estado y aquellas memorias más dispersas que corresponden a las organizaciones, a antiguos militantes e incluso a aquellos que no se organizaron, pero también tienen una percepción respecto a ese proceso. En toda esta disputa, considero importante relevar estos relatos no solamente como algo testimonial que se enunció y que se deba visitar, sino considerar esa experiencia como una memoria viva que no es individual, en la medida que más mujeres comparten esa misma experiencia y van hilando una memoria colectiva que es propia. Por ejemplo, muchas mujeres recuerdan, particularmente en Lo Hermida, cuando fue la primera manifestación en dictadura, en el día de la mujer internacional de la mujer trabajadora, incluso desde lugares de Peñalolén, muchas mujeres se organizaron, dejaron a los hijos al cuidado de vecinas, partieron con sus pancartas, entre otras cosas, y ese fue un hito muy importante para ellas, porque estaban en plena dictadura, ellas salieron solas con más mujeres y salieron con esa independencia a decir “bueno aquí estamos” y salieron a poner sus puntos sobre la mesa. Y eso es muy relevante en cuanto a la memoria que en torno a ello se configura, que es un hito importante para ellas en la medida en que va alimentando también su propia concepción política y qué puede proyectar eso a futuro.
En este sentido, creo que la memoria de las mujeres populares es parte de la memoria nacional, que se encuentra en constante debate y tensión con otras memorias vinculadas al sistema patriarcal, como lo son las memorias de los militantes o incluso por una visión clasista de entender las organizaciones o las formas de hacer política, que tiene que ver con las mujeres que militaban versus las mujeres que se quedaban en sus casas. Entonces yo me pregunto si que una dueña de casa puede ser militante también, no de un partido político necesariamente, sino que de una organización, y no solo participante sino también militante, en el sentido que se arraiga a la identidad que tiene esa colectividad y proyecta su acción política a futuro, así como también considera fundamental ir construyendo estos lazos y estas narrativas de memoria. Por algo también, de manera autogestionada o apoyadas por ONG’s, ellas fueron sistematizando estas experiencias, ellas dicen en algún momento “bueno, esto va a quedar para la posteridad, es necesario sistematizarlo, es necesario ir entendiéndonos históricamente como organización” por muy pequeña que sea.
Me parece que esa es la relación entre mi tema y los trabajos de memoria. Creo que el derecho a la memoria es un derecho humano de las clases populares a poder comprenderse a sí mismas, con su historia y tener derecho a proyectar su propia agenda política y que demarcan esos elementos claves para entender ese lugar que tienen los sectores populares en la política.
Por último, me gustaría invitar a que vean las tesis que se han publicado por medio de este concurso, en específico la ganadora brasileña del año pasado que presentó un trabajo muy interesante.