De la pacificación a la ocupación: cómo se enseña la historia mapuche hoy

Aunque según el Mineduc el concepto se cambió hace 20 años, académicos dicen que el período aún se aborda con eufemismos. Por Daniela Sánchez M. Tengo una hija en 8° básico y no solo aún se usa el término ‘pacificación', sino que se sigue hablando de ‘indios'”. Pedro Cayuqueo “Conozco bien esa historia y sé muy bien que, a partir de mediados del siglo XIX, el Estado de Chile inició una política de ocupación de tierras que hasta entonces pertenecían a nuestros pueblos originarios. Y eso ha significado —y sigue significando— mucho dolor, mucha frustración y mucha desconfianza, para muchos habitantes de esta región”.

Así comenzó el discurso del Presidente Sebastián Piñera la semana pasada, para anunciar el Plan Araucanía. Una política que, entre otras cosas, incorpora la revisión del lenguaje de los libros de Historia “para efectos de integración cultural”. Cambio que apunta a la llamada “pacificación de La Araucanía”, un concepto que se ha utilizado para hablar de la ocupación progresiva del territorio mapuche, impulsada por el intendente de Arauco Cornelio Saavedra en 1861 y que, para algunos historiadores, es el “punto cero” del conflicto. Incluso el ministro de Desarrollo Social y Familia, Alfredo Moreno, aseguró que “vamos a sacar esa palabra, va a cambiar”.

“La ‘pacificación' es una posverdad, un eufemismo historiográfico del siglo XIX, que remite a una campaña donde se intentaba ‘civilizar' a un grupo de salvajes”, explica el periodista Pedro Cayuqueo, autor del libro “La historia secreta mapuche”. Agrega: “Lo que realmente hubo fue una invasión militar que duró al menos 30 años, y que se oculta de los textos escolares”. Según el Mineduc, sin embargo, el concepto no se utiliza en los textos escolares hace 20 años. “Desde 1998 que la base curricular de Historia no tiene la palabra ‘pacificación'. Ahí hubo un cambio”, asegura la coordinadora nacional de la Unidad de Currículum y Evaluación del Ministerio de Educación (Mineduc), María Jesús Honorato.

En su lugar, los libros de 6° básico y 1° medio —cursos en que se enseña dicha materia— lo denominan “ocupación del sur de Chile”. Pese a dichos cambios, Cayuqueo cuenta: “Tengo una hija en 8° básico y no solo aún se usa el término ‘pacificación', sino que se sigue hablando de ‘indios'. Por eso la revisión de los textos escolares tiene un significado tremendo, porque implica que se va a atacar una de las fallas de origen de la educación en Chile, y que tiene que ver con el desconocimiento de la historia y la mala forma en que se enseña en los colegios”.

“Temas controversiales”
Para la profesora de Didáctica de la Historia de la U. Católica de Temuco, Elizabeth Montanares —quien se dedica a investigar cómo se enseña la historia reciente de La Araucanía—, la ocupación “se pasa muy por encima”. Dice que eso genera un problema mayor: el vacío en la formación de profesores en este tema. “Los estudiantes de Pedagogía se sienten poco preparados. Hay que revisar cómo se prepara a los futuros docentes para enseñar ‘temas controversiales', como la ocupación de La Araucanía, la Guerra del Pacífico y el golpe militar. Los profesores evaden enseñarlos”, explica. Dichos “temas controversiales”, dice Montanares, se originan a partir de experiencias distintas sobre un mismo proceso histórico, y que se evidencia con fuerza en las salas de clases de La Araucanía, en donde se encuentran hijos de carabineros, con mapuches y descendientes de colonos.
“En el tratamiento de estos temas no se da una respuesta final. El hecho ocurrió, pero las interpretaciones son distintas. Por eso es importante enseñar que si un compañero tiene una visión distinta, no significa que es un enemigo”, asegura. Fernando Pairicán, candidato a doctor en Historia en la U. de Santiago y autor del libro “Malón”, agrega: “Algo está fallando en la educación inicial de la historia de los pueblos originarios, porque los chicos no tienen una buena base cuando ingresan a la universidad. Hay una falta de comunicación entre la formación de los docentes, la docencia y las nuevas escrituras que emergen de la historia social”. Más libros mapuches, Además, los expertos aseguran que es necesario examinar la imagen que se proyecta en los textos educativos.

Montanares dice que “no solo hay que revisar el concepto, sino que cómo se presenta el mundo indígena, que está muy sesgado: aparecen folclorizados y siguen levantando estereotipos”.

Cayuqueo añade: “Tenemos que despejar esta imagen extendida de los mapuches como una sociedad pobre, salvaje, casi anclada a la prehistoria. Se tiene que contar cómo éramos realmente: un país comerciante, con economía, sistema jurídico y bienestar social. Eso va a permitir un acercamiento distinto de la sociedad chilena con nosotros”. Problema que se podría solucionar, asegura, si se incorporan autores mapuches en los libros porque, como añade Pairicán, “hay un desconocimiento de la escritura mapuche. Fuera de Elicura Chihuailaf, no hay otro autor mapuche que se trabaje en los libros de clases”. “Hay historiadores mapuches que están trabajando esta temática desde la academia. ¡Qué mejor que ellos para incorporarlos en los textos! Es clave también que se incluyan en la comisión que revisará los contenidos”, finaliza Cayuqueo.